BENEFICIOS DEL AJEDREZ
EN LA INFANCIA:
El ajedrez ha sido tradicionalmente un juego de minorías y considerado por el resto de la sociedad como algo para intelectuales o “empollones”. Pero nada más lejos de la realidad, cualquier persona puede aprender y disfrutar a mayor o menor nivel de sus virtudes y beneficios.
Está de sobra demostrado por numerosos estudios científicos desde 1925, que mediante pruebas estadísticas en grupos de control, se ha podido constatar con pruebas empíricas que sin lugar a dudas el ajedrez ayuda y beneficia en el desarrollo de las capacidades mentales.
En particular, en edades tempranas, cuando aún las capacidades cerebrales se están formando, numerosos psicólogos estudiosos del tema han verificado la importancia que un buen adiestramiento tiene para adquirir una mayor agilidad mental, El ajedrez, por las características que engloba: geometría del tablero, columnas, filas, diagonales, movimientos de las diferentes piezas, estrategias, cálculo, aplicación de conceptos abstractos, emociones, etc. Consigue de una manera muy eficaz activar en relativo corto plazo de tiempo unas conexiones neuronales que de otro modo tardarían más en desarrollarse o simplemente pueden quedar semi atrofiadas o desaprovechadas.
El ajedrez, como ya ha dicho el neurólogo José Félix Martí Massó «Es un excelente gimnasio para la mente». Quien lo desee puede visitar un enlace, bastante técnico, que les dejo aquí para leer la opinión objetiva de un profesional experto en este tema, N.G.
Alexeiev, Doctor en Psicología: «El ajedrez en el desarrollo del pensamiento»
En resumen, como principales beneficios que aporta en la infancia podemos destacar estos:
- Temprano desarrollo y aumento de las capacidades mentales
- Mejora de la autoestima
- Integración e identificación con un grupo social
- Mejora sustancial en Matemáticas y Lectura
- Previene el fracaso escolar
- Eficaz capacitación para la resolución de problemas (Capacidad aplicable a diferentes situaciones de la vida de cualquier persona)
- Fortalecimiento del carácter y mayor capacidad de iniciativa y autonomía
- Desarrollo de la visualización espacial y cronológica
- Sentido de la deportividad y la honorabilidad
Estas y muchas más ventajas ofrece el ajedrez en la formación de nuestros jóvenes. Su práctica es recomendada desde apenas los 4 años de edad. Hay mucha información en Internet que pueden encontrar al respecto.
RESUMEN:
Si tanto los estudios científicos como la práctica y experiencia adquirida por generaciones de aficionados y profesionales del ajedrez avalan sus múltiples beneficios en las diferentes edades del ser humano la pregunta es obvia:
¿POR QUÉ NO APRENDE TODO EL MUNDO A JUGAR AL AJEDREZ?
La respuesta para mí también es obvia:
PORQUE NO EXISTE UNA CULTURA QUE PERMITA LA ASIMILACIÓN DESDE NIÑO DE ESTA ACTIVIDAD
Es mucho más difícil que una persona más mayor, con crecientes responsabilidades y tareas cotidianas decida de buenas a primeras aprender a jugar al ajedrez.
Incluso en un niño de 10 o 12 años ya es más difícil que en uno de 4 o 5 años incluir el ajedrez entre las disciplinas de aprendizaje, puesto que desde muy tempranas edades los procesos mentales para asimilar conocimientos y habilidades ya están formados y luego es más difícil romper barreras y bloqueos mentales.
Sin embargo, si se fomentase desde el colegio, desde muy pequeños, el ajedrez como una de las disciplinas más a aprender entre las diferentes asignaturas de horario lectivo, el niño lo asimila como algo muy normal, como un lenguaje más que están aprendiendo y asimilando con naturalidad y sencillez. Los cerebros aún sin desarrollar son como esponjas y, lejos de saturarles, se facilita que exploten aún más su potencial y que ganen en capacidad y habilidad para asimilar cualquier otro conocimiento.
¡Además es un juego! Los niños, al tiempo que disfrutan jugando, realizan algo muy positivo y, bien enfocado, con la adecuada formación de los docentes que sepan motivar
a los alumnos y estructurar el plan de trabajo, los resultados son enormemente satisfactorios y convincentes a nivel de herramienta pedagógica.